Cada 2 de febrero, celebramos “la Fiesta de la Virgen de la Candelaria”, coincidiendo con la celebración de “la Presentación del Señor en el templo” y “la Purificación ritual de la Virgen María”. La ‘Fiesta de la Candelaria’, como también se le conoce, tiene una larga historia durante la cual fue tomando la forma y el carácter que hoy posee.
A mediados del siglo V ya se celebraba la llamada “Fiesta de las luces”, en la que los fieles devotos de la Virgen sacaban en procesión su imagen acompañándola con velas encendidas en las manos. Hay quienes señalan que dicha costumbre comenzó en antes, en Oriente, con el nombre de “Encuentro” y luego se extendió a Occidente durante el siglo VI, llegando incluso a celebrarse en la ciudad de Roma, con marcado carácter penitencial.
A pesar de que el origen de esta festividad no esté completamente esclarecido, se sabe que para el siglo X las procesiones con velas encendidas (candelas, caldas o cirios) realizadas en honor a la Virgen eran muy populares y en algunos lugares se celebraban con mucha solemnidad.
La advocación mariana de la ‘Virgen de la Candelaria’ o ‘Nuestra Señora de la Candelaria’ tuvo su origen en las islas Canarias, Tenerife (España). Según la tradición, en 1392, dos naturales del lugar -los denominados “guanches”, antiguos aborígenes de Canarias- encontraron una imagen de la Virgen María mientras pastoreaban su rebaño, cerca de la orilla del mar.
Anteriormente, el ganado se había estado desplazando con normalidad cuando de pronto se detuvo. Entonces, uno de los dos avanzó para ver qué sucedía y vio que sobre una parte alta del terreno había una imagen de madera, de unos 60 cm de altura. Acercándose más, vio que se trataba de la imagen de una mujer, hecha de madera, que portaba una vela en la mano izquierda y cargaba a un niño con el brazo derecho. El pequeño, por su parte, llevaba en sus manos un pajarito de oro. Se trataba de una imagen de la Virgen María con el niño Jesús en brazos.
Hay que subrayar que si bien es cierto la devoción a la Virgen de la Candelaria empezó en Canarias (España), esta se extendió y llegó a América. Por ejemplo, su fiesta se celebra en diversos lugares, como es el caso de Candelaria, Misiones (Argentina), localidad formada bajo la inspiración de las antiguas reducciones jesuíticas. Hoy se organizan allí procesiones y serenatas en honor a la Madre de Dios.
Asimismo, en la ciudad de Humahuaca, Jujuy, se realiza la tradicional ‘danza de los toritos’ y se queman fuegos artificiales. Mientras que en la provincia de Tucumán, en la localidad de Villa de Leales, esta festividad congrega multitudes. En Guaraní, provincia de Buenos Aires, la Virgen de la Candelaria es patrona de la ciudad./ACIprensa